Estar bien hidratados es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Si bien los mayores sabemos cuándo tenemos sed y que debemos hidratarnos especialmente en condiciones de mucho calor o cuando hacemos deporte; los niños no son conscientes de ello.
Por ello debemos estar atentos a que consuman la cantidad de líquidos necesarios y educarlos en la necesidad de beber agua de forma regular.
La falta de líquido hace que los niños tengan más dificultades para la concentración, tengan problemas de estreñimiento y acusen calambres musculares al realizar ejercicio.
Los expertos aconsejan que los niños deben tomar una media de 6-8 vasos de agua al día, en función a su peso y al ejercicio desarrollado.
La hidratación consiste en reponer el agua que nuestro organismo ha gastado. Las bebidas con gas y refrescos no cumplen dicha función.
Además de agua, tus hijos pueden completar su hidratación con otras bebidas saludables como zumos naturales, caldos e infusiones.