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La reina de los fritos, la croqueta

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¿Conoces a alguien a quien no le gusten las croquetas? Lo más probable es que a ti te gusten tanto como a nosotros y por eso queremos dedicarles este artículo. Vamos a hablar sobre el origen de este frito, sobre todas las disputas que levanta y también te daremos las claves para que te salgan unas croquetas espectaculares.

¿A quién tenemos que agradecer la invención de las croquetas?

Pues la cosa está reñida, aunque la teoría más extendida dice que este frito nació allá por el siglo XIX en Francia. Pero lo cierto es que se tiene constancia de que las croquetas ya existían uno o dos siglos antes, pero no eran como las que conocemos ahora. Se trataba más bien de unas bolas hechas con carne, y es que todavía nadie había dado con la bechamel.

¿Y cómo llegaron las croquetas a nuestro país?

Pues tampoco está del todo claro, pero las referencias apuntan que hicieron su aparición en medio de la guerra de Independencia Española allá por 1812.
Está claro que las croquetas triunfaron y a mediados del siglo XIX ya había recetas en español para hacer croquetas de ave, ternera, cangrejos, merluza, bacalao e incluso de jamón. Todo lo que vino después solo siguió mejorándolas.

De receta de aprovechamiento a convertirse en la reina de las tapas

Al principio las croquetas se hacían con lo que sobraba de otros alimentos, buen ejemplo de ello son las croquetas de cocido que hacen nuestras abuelas.

A esto le siguió un auténtico boom, creándose croquetas de todo tipo y refinando la receta hasta ser ese delicioso bocado que se deshace en la boca.
Hoy en día, la croqueta es la tapa reina de todos los bares de nuestro país. Y cada vez son más los chefs que, con su creatividad incorporan novedosos ingredientes tanto a la masa como al rebozado. Aunque para muchos no hay croquetas comparables a las de una abuela.

¿Cuál es tu croqueta perfecta?

Para muchos una buena croqueta debe tener un rebozado fino pero crujiente y un interior cremoso. Hemos recopilados algunas de las cosas que tienen en común las croquetas más valoradas del país y que nos servirá de guía para llevar nuestras croquetas a otro nivel:

-La proporción ideal: por cada litro de leche (o caldo, según prefiramos) usar 100-150 g de harina, 100 g de mantequilla o aceite de oliva y 100-150 g de carne, pescado o lo que queramos añadir a la bechamel. Cuanta menos harina más blanda quedará la croqueta.
-Cocinar bien la harina: hay que dejarla unos minutos para que se fría con la mantequilla o aceite y que no quede cruda.
-Cocinar la bechamel el tiempo suficiente: la bechamel va espesando a medida que cuece ya que se va evaporando el agua de la masa, así que debemos de cocerla hasta que, si pasamos la cuchara por la base de la cazuela, está haga un camino que nos permita ver bien el fondo.
-La masa no debe tener grumos: para evitar que la harina forme grumos en la bechamel se debe añadir la leche templada, poco a poco e ir removiendo continuamente. Si aun así aparecen grumos la solución más eficaz es pasar la bechamel por la batidora y luego seguir cocinando.
-Reposo: se recomienda dejar reposar la masa toda una noche antes de dar forma a las croquetas.
-Rebozado: Para que queden más crujientes puedes probar a hacer un rebozado de 3 capas, pan rallado fino o harina, huevo batido y pan rallado un poco más grueso.
-Fritura: lo ideasl es que el aceite esté a unos 175-180 grados, que cubra las croquetas por completo y freír pocas croquetas juntas para evitar que la temperatura baje. Cuando estén doradas sacarlas a un plato con papel absorbente. Si las freímos congeladas es mejor hacerlo a menos temperatura, unos 150 grados, para dar tiempo a que la croqueta se descongele antes de dorarse por fuera.

También podéis seguir alguna de las recetas de croquetas que tenemos en nuestra web:

 

En cuestión de sabores ya no hay nada escrito:

Hemos pasado de pedir una croqueta en una barra de un bar a tener que elegir entre múltiples sabores. Os dejamos un recopilatorio de las croquetas más ricas que hemos probado para que cojáis ideas.
-De jamón ibérico y huevo duro.
-De cecina y puerro.
-De morcilla y cebolla caramelizada.
-De espinacas, pasas y piñones.
-De queso de cabra y pimientos asados.
-De pincho moruno.
-De beicon y parmesano.
-De pollo al curry.
-De mejillones en escabeche.
-De champiñones y tofu.
-De gorgonzola con nueces y pera.
-De chipirones en su tinta.
-De sobrasada con chocolate.

¿En qué otros países podemos comer croquetas?

Pues en muchos más países de los que imaginamos, entre ellos están: Holanda (kroket), Hungría (krokett), Japón (korokke), Portugal (croquete), Alemania (kroketten) y Reino Unido (croquette).
Eso sí, no esperes encontrarte con la croqueta española exactamente. Cada país ha adaptado las croquetas a su cultura culinaria y de ahí que sean tan diversas. Por ejemplo, las kroketten holandesas son una croqueta en forma de rollito hecha de carne o pescado y suelen servirse acompañadas de mostaza para untar.

Esperamos que os haya gustado este artículo dedicado a las croquetas, al fin y al cabo se lo han ganado por eso buenos ratos que nos hacen pasar.